Rescatando a los equinos para sanar
Los Sagrados Sanctuary,es un refugio de equinos, en medio del desierto en El Pescadero B.C.S, rodeado de cactáceas y acariciado por el perfume de la damiana. La misión de sus fundadores tiene dos vertientes: rescatar equinos del maltrato, abuso y abandono y trabajar por la salud mental del ser humano, a través de la equino terapia.
Los paseos a caballo son medicina para el alma
Desde su inicio El Sagrado ha trabajado en causas nobles y se sostiene a base de donaciones, las cuales se destinan al cuidado de los caballos, burros y ponis. Con el recurso se compran vacunas, medicamentos y alimento. Cuando los equinos llegan a Los Sagrados son atendidos por especialistas para obtener el mejor diagnóstico para que su recuperación sea exitosa. Así, les curan las heridas, se desparasitan y alimentan, para que al estar en buen estado se reeduquen, con mucho amor, para adaptarse a su nuevo hogar e iniciar su segunda misión que es el trabajo de rehabilitación humana.
Los paseos a caballo son mediación dinámica.
De la misma forma como un caballo es salvado, ellos a su vez, replicarán esta tarea en los seres humanos que están en estado de vulnerabilidad, el caballo con su nobleza al tener a una persona enfrente la olfateará, y de manera telepática percibirá sus necesidades. La base de la equino terapia, tanto en niños como adultos es encontrar un espacio seguro para expresarse, sentir felicidad y paz interior.
La transformación.
Al montar un caballo el ser humano experimenta profundos cambios físicos, emocionales y mentales, ya que su conexión, activa la sensación acompañamiento, en su marcha un caballo siempre ve adelante, dando esperanza a nivel inconsciente, enseña a respirar, con el ritmo de sus pasos se entabla una comunicación amorosa, donde se ejercita la confianza, paciencia y entendimiento mutuo.
Terapias alternativas.
La importancia de esta actividad con personas con discapacidad motora o intelectual radica en que mejora su calidad de vida, ya que la interacción con los caballos estimula el sistema nervioso, saca de depresiones severas, alivia el sistema endocrinólogo.
Los niños el futuro del mundo.
Hoy en día, que vivimos saturados de redes sociales y, los niños, a veces solo se educan vía celular, esta actividad los transporta a un universo nuevo donde todo está vivo y los desafíos son reales, esto eleva el nivel de conciencia, provoca que el niño ponga todos sus sentidos y pensamientos en una sola cosa que es moldearse y vigilar el manejo del caballo, también enseña a controlar emociones y temperamentos, dándole sentido a la existencia, aprendiendo a valorar y respetar los pequeños detalles de la vida. Así mismo, desarrolla el entendimiento y la comunicación verbal y corporal. El acercamiento con el caballo, es el primer paso para la conexión profunda: acariciarlo, bañarlo y cepillarlo nos enseña a cuidar a otro ser y conocer la responsabilidad de forma amorosa. Es vital para la salud mental del niño convivir en la naturaleza con animales, plantas, en silencio y con la brisa, ya que esto fomenta positivamente su desarrollo físico mental y espiritual, desarrollando sus inteligencias múltiples y habilidades psicomotoras.
Logros
En los dos años y medio que lleva activo Los Sagrados, se han rescatado siete caballos y dos burritos, también han organizado campamentos y visitas guiadas donde asisten escuelas, Asociaciones y Fundaciones, a pasar toda la mañana con los equinos, cabalgatas de meditación dinámica y terapias personalizadas. Esta experiencia demuestra que la convivencia entre humanos y caballos ha sanado casos de abuso, autismo, anorexia, ansiedad, trastorno generalizado del desarrollo, hiperactividad y bipolaridad entre otros.
Efecto centauro
Para las personas de la tercera edad esta es una terapia ocupacional que eleva la autoestima y el nivel de feromonas y dopaminas, ya que a través de la temperatura y movimiento del caballo se vigoriza el cuerpo y la coordinación, regularizando el ritmo cardiaco, la conexión de ambos hemisferios cerebrales, la respiración, la activación de la circulación sanguínea y, finalmente una plenitud inexplicable, ya que la compañía constante con caballos provoca un efecto centauro, es decir de estar completo.